Los muros invisibles del teletrabajo


¿Debemos cambiar nuestros hábitos alimenticios si teletrabajamos?

Si algo parece que ha traído la pandemia, y ha sido para quedarse, es trabajar desde casa. Hemos trasladado el lugar de producción a las mismas cuatro paredes que forman nuestro hogar. Visto así, no parece un gran cambio, pero el entorno que nos rodea condiciona nuestros hábitos, como si de unos muros invisibles se tratara.

Cuando hablamos de teletrabajar, la primera y gran ventaja con la que contamos es el tiempo que se libera al ahorrarnos los trayectos a la oficina, los atascos o el combustible. Este tiempo lo podremos invertir en otras actividades, como dormir más o hacer las comidas con tranquilidad. Además, podemos olvidarnos del tupper o de comer frío y rápido, porque lo podemos hacer delante del ordenador… y esto puede ser un arma de doble filo.

¿Por qué? Porque nuestro estilo de vida ha cambiado y, por ende, nuestra alimentación se debería adaptar a ello.

– Si la respuesta es afirmativa, ¿por qué deberíamos hacerlo? Es decir, ¿por qué reducimos la actividad diaria, por estar más tentados a picotear…?

Uno de los principales problemas del teletrabajo es el sedentarismo. Si el trabajo que desempeñamos se puede hacer delante de un ordenador, lo más probable es que pasemos una buena parte del día sentados. Si eliminamos los trayectos de casa al trabajo; los desplazamientos internos; si aprovechamos para ir al supermercado o al gimnasio al salir, etc. reduciremos aún más nuestra actividad física diaria. A menos que adquiramos el hábito de levantarnos cada ciertos minutos, tengamos una mesa que nos permita trabajar de pie y/o hagamos algún tipo de ejercicio físico, nuestra cantidad y calidad de músculo va a disminuir. Por contra, un músculo activo contribuirá a metabolizar mejor los alimentos, ayudará a preservar nuestros huesos y nos alejará de enfermedades cardiovasculares, la obesidad o la diabetes.

Si hablamos de antojos ¿Cuántas veces te ha apetecido comer algo y no queda nada en la máquina expendedora? ¿Qué haces? Pues, seguramente, abandonas la idea y sigues con tu día, porque sabes que no es posible. Es, simplemente eso, un antojo.

Pero ¿Y si lo tienes en casa? Parece que el armario te está llamando por tu nombre y apellido. Saber que lo tienes, que te puedes levantar en medio de una reunión para ir a buscarlo, es muy tentador. Mejor aún: es factible.
Y aquí desaparece uno de los muros invisibles: la disponibilidad. Tener la casa repleta de snacks accesibles las 24 horas del día puede traducirse en un picoteo constante. Esto no solo comporta un aumento de la ingesta de nutrientes que nuestro cuerpo no necesita, sino que estamos haciendo trabajar nuestro sistema digestivo continuamente.

Aunque estemos preparados para absorber cualquier alimento en cualquier momento, nuestro intestino se beneficiará de periodos sin ingesta. ¿Has oído hablar de la microbiota intestinal? A grandes rasgos, son un conjunto de bacterias que pueblan nuestro intestino y cumplen muchas funciones. Si hacemos las cosas bien, trabajarán para nosotros; de lo contrario, trabajaremos para ellas. Cuando no permitimos periodos entre comidas, modificaremos el tipo de bacterias que viven en el intestino y estas generarán inflamación de bajo grado. Esta inflamación es silenciosa, y poco a poco irá envenenando otras partes de nuestro organismo, como nuestro hígado, arterias o el propio intestino.


– ¿Qué alimentos deberíamos consumir en nuestra dieta si teletrabajamos? ¿Hay algunos alimentos que deberíamos reducir?

A la hora de hablar de las ingestas principales, es importante destacar que las recomendaciones generales hay que adaptarlas según cada caso y contexto. De manera general:

  • Nos interesa incluir alimentos que nos aporten fibra, vitaminas y minerales como las verduras, hortalizas o las frutas.
  • También incluir proteína de origen animal o vegetal en cada comida, como por ejemplo pescados, carnes, huevos o legumbres.
  • Asimismo, los alimentos ricos en grasas de buena calidad como los frutos secos, el aceite de oliva virgen extra, aguacate, salmón o sardinas.
  • Respecto a los hidratos de carbonopatatas, avena, arroz, legumbres, pasta, etc. -, priorizar que sean complejos (integrales) y que su consumo vaya acorde en función de la actividad física diaria.

Todo ello contribuirá a que cada ingesta sea más saciante, que nos nutra y que no tengamos la necesidad de recurrir a los snacks entre horas.

Hablando de snacks, tendríamos que matizar los tipos que existen. Normalmente, acostumbran a ser productos ultraprocesados que, aparte de los ingredientes que los forman, el principal problema es que son extremadamente palatables. Esto quiere decir que están diseñados para tener un gran sabor y que se deshagan en tu boca. Esto nos lleva al siguiente punto, que es la ingesta inconsciente.

¿A que no puedes comer solo una? Sin darte cuenta, te has terminado la bolsa o el paquete; y todo ello, por tenerlo cerca del escritorio. El problema no es que no sepas controlarte: están hechos para que ignores la señal de saciedad. La ingesta inconsciente también se puede dar si tenemos una botella de agua cerca: Lo más probable es que acabes bebiendo más que si tienes que levantarte para ir a la cocina. Como decíamos al principio, lo que te rodea condiciona tu conducta.

– Si estamos más tentadas de picotear entre horas cuando trabajamos desde casa, ¿a qué alimentos podemos recurrir? ¿Debemos controlar los antojos?

En primer lugar, es importante escuchar las señales de hambre y saciedad que nos manda el cuerpo. De esta manera, podremos identificar si realmente tenemos hambre o si estamos canalizando nuestras emociones como el estrés, el cansancio o el aburrimiento con la comida.

Aquellas opciones que nos sacien y que sean ricas en nutrientes van a ser nuestros aliadas: frutas de temporada o crudités de vegetales (zanahoria, apio, pepino…), yogur natural o yogur vegetal, frutos secos (nueces, almendras, avellanas…) o chocolate negro (>85%), por ejemplo.

– Cuando hablamos de «dietas» o de «pautas alimentarias», con frecuencia podemos caer en patrones estrictos y restrictivos. ¿Tener menos actividad física diaria por el teletrabajo, conlleva no poder disfrutar de la comida?

El teletrabajo no tiene porque condicionar nuestra relación con la comida. Tenemos que ser conscientes de que trabajar desde casa nos cambiará unos hábitos; a lo mejor, pediremos la compra del supermercado a domicilio, lo mismo con las tiendas online. También estaremos trabajando en el mismo espacio en el que vivimos. Por todo ello, la actividad física se verá reducida inherentemente. Sin embargo, aquí entra el papel de la alimentación para hacer que esta se adapte a este nuevo estilo de vida.

En nuestra sociedad está muy arraigada que en determinados momentos del año empecemos a seguir una dieta restrictiva o de adelgazamiento para “cuidarnos”. ¿Esto de verdad es cuidarnos? Nuestra salud no entiende de modas: estamos hablando de una maratón, no de un sprint. Aprender a comer saludable no debería ser un camino de sufrimiento, sino todo lo contrario: de estar tranquila con una misma, de disfrutarlo y de saber que estamos cuidando nuestro cuerpo y mente.

– Aunque teletrabajemos, ¿podemos seguir consumiendo aquellos alimentos que no se consideran tan saludables? ¿Con qué frecuencia? (dulces, snacks salados, procesados, etc.)

Por supuesto. Aunque hayamos hecho hincapié en que los snacks no son la opción más recomendable, si nos comemos uno, no implosionamos. Pero, ¿por qué tengo que consumir estos snacks? A lo mejor, nuestras comidas principales no se ajustan a nuestras necesidades y nos encontramos con menos saciedad. Entonces, la pregunta sería: ¿Qué puedo comer en las comidas principales que me nutra y me sacie durante tiempo? Si tengo hambre entre comidas, ¿se debe al estrés o al aburrimiento? En caso de que no, ¿Qué snack me interesa más consumir? ¿Una fruta o unas galletas?

Como decíamos al principio, si queremos consumir este tipo de productos, no nos pasará nada. Es tan solo un factor aislado que no define nuestra alimentación. No existe la alimentación perfecta. Pero podemos intentar hacer lo mejor en cada momento.

 


Entrevista realizada por Clàudia, de Hogarmanía (https://www.hogarmania.com/cocina/alimentacion/teletrabajo-adaptar-alimentacion.html#entonces-como-debemos-alimentarnos-teletrabajamos)

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